Compostela nº 56 año 2014

Desde que en 1228 Alfonso IX la remató, la Basílica compostelana siempre se consideró la Casa del Señor Santiago. Ella custodia los restos del mayor de los Zebedeos y rememora a través del tiempo el culto y veneración a sus reliquias. Desde siempre también fue y es destino y meta de peregrinos; peregrinos que llegan de todas las partes del mundo, con culturas, religiones, idiomas, creencias e historias personales muy diversas. El nombre de “Camino de Santiago”, como ruta sagrada hacia Compostela, va de Oriente a Occidente. Quienes lo recorren a pié o por medios mecánicos, por tierra, mar o aire, lo hacen con el mismo talante que el “hijo del trueno” exhibió en su labor apostólica dentro y fuera de Jerusalén: apasionado, decidido, con la idea clara de que el mensaje cristiano,el Reino, ha de llegar a los confines de la Tierra.

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